DECKER CAMIONES

Quiénes somos

Somos una empresa ubicada en Bahía Blanca que se dedica a la venta y reparación de camiones. Nos enorgullecemos de nuestra amplia trayectoria en el mercado, lo que nos ha permitido consolidarnos como una de las empresas más importantes del sector en la región.

En nuestras instalaciones, apreciamos la amplitud y organización de nuestro espacio, diseñado para brindar un servicio de calidad a nuestros clientes. En el área de ventas, ofrecemos una gran variedad de modelos de camiones de diferentes marcas y características, lo que permite que nuestros clientes encuentren el vehículo que mejor se adapte a sus necesidades.

En el área de reparaciones, contamos con un equipo de profesionales altamente capacitados y con una vasta experiencia en el rubro. Nos encargamos de brindar un servicio de mantenimiento y reparación de alta calidad, utilizando herramientas y equipos de última generación para garantizar la satisfacción de nuestros clientes.

Representante oficial

Nuestros números

Años de trayectoria
+ 0
Agencias en el país
0
Empleados
+ 0
Unidades entregadas
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Reparaciones realizadas
+ 0
Repuestos vendidos
+ 0 M

Un poco de historia

Roberto fue una persona cuyo espíritu laborioso se manifestó desde una temprana edad. A la edad de 8 años, comenzó a trabajar en la fábrica de baterías «Baterías Corbaz» en Necochea. Permaneció allí hasta su adolescencia, momento en el que, junto con su hermano Rubén y su padre, formó un equipo que superaba a cualquier otro en el área de carga y descarga de camiones. Con un camión antiguo, se aventuraban en campos llenos de barro a los que nadie más se atrevía a ingresar por temor a quedar atascados. Sin embargo, el trío Decker estaba allí, y su destreza pronto llamó la atención de los propietarios, quienes los contrataban con frecuencia.

Finalmente, el trío pudo cambiar su antiguo camión por el famoso «guerrero» de Roberto, el cual aún se encuentra en la familia y no se vende a ningún precio. Con la mira en nuevos horizontes, pasó por Bahía Blanca y llegó a La Pampa, donde permaneció tres años hasta juntar el dinero suficiente para cumplir su sueño y el de su hermano: tener su propio negocio.

En 1968, Roberto regresó a Necochea con el capital necesario para adquirir un terreno y construir un pequeño galpón para abrir su anhelada gomería en la entrada de la ciudad. Esta gomería se hizo famosa por estar abierta las 24 horas del día. Todos los dueños de los campos donde habían trabajado hacía un par de años se convirtieron en sus clientes, comprando neumáticos nuevos y arreglando los de sus tractores. La gomería prosperó, realizando recapados, vulcanizados e incluso inventando una corredera para una máquina transportadora de piedra en una cantera de la ciudad de Batán. Trabajaban en familia y empleaban a personas del barrio.